sábado, 12 de enero de 2013

Escapando de los «revivals».

A lo largo del siglo XX se han producido profundas transformaciones en las concepciones filosóficas y estéticas que respondían a las nuevas necesidades sociales de cada momento. En Arquitectura, este periodo se caracterizó por la búsqueda de nuevos caminos que permitieran escapar del callejón sin salida que representaban los «revivals». 

Denominamos pues arquitectura moderna al conjunto de corrientes o estilos de la arquitectura que se han desarrollado en todo el mundo a lo largo del siglo XX. A pesar de que pueda prestar confusión, el término se refiere a las producciones arquitectónicas contemporáneas y no a la arquitectura de la Edad Moderna. Tenemos pues una revolución en el mundo del arte entendida como
algo estilístico y no cronológico, caracterizada fundamentalmente por la simplificación de formas, la ausencia de ornamento y la renuncia consciente a la composición académica clásica, sustituida por una estética referida a las distintas tendencias del denominado arte moderno, que engloba el cubismo, expresionismo, neoplasticismo, etc.


Las características generales resaltantes de este período, con base de inspiración en algunos aspectos de la arquitectura clásica son: la simplificación de sus formas, su máxima utilidad en ser funcional, bien sea artística o habitacional (“la forma sigue a la función”), el empleo de nuevos materiales industriales como acero, hormigón y vidrio, expresiones discretas, misma jerarquía de detalles y uso de elementos repetitivos, excepción del ornamento como adorno, armonía con el entorno, principalmente.





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