Lo
moderno se expresa en esta casa, no como la regularización y estandarización
del vivir, sino en la manera como la casa se mimetiza y se adapta al orden ya
preestablecido, demostrado en que la casa se encuentra confinada entre la
naturaleza en horizontal y por el cielo y la tierra en vertical, la casa se
vuelve parte del lugar. En esta casa se demuestra que la arquitectura no
necesariamente se puede, ni debe, adaptar solamente a las necesidades humanas, sino
también se puede y debe adaptarse a las necesidades de la naturaleza, dando así
una pauta simbólica a los desarrollos de la arquitectura sostenible.
La
propuesta moderna y novedosa que Louis Kahn realiza y se refleja en la foto, se
basa en entender el mundo en el que vivimos (el orden natural), aquella
condición que la mayor parte de la arquitectura dejó en el olvido cuando llegó
la industrialización y el nuevo modo de vivir. La naturaleza se entiende en la
casa Fisher no como un enemigo el cual ataca algo que no es de su comprender,
todo lo contrario, se entiende como aquel que le da el carácter de ser como es.
Orden
único que da el lugar, que obliga a crear una arquitectura adaptable al medio,
representado ya desde los materiales: la piedra como basamento, y la madera,
parte física de los arboles; el basamento de piedra que en la fotografía se ve
rugoso son las bases del edificio, en analogía, las raíces son las bases de los
árboles; y la madera en el edificio es el artificio (creado por el hombre) del
árbol. Esta es otra pista que Kahn deja en la casa Fisher para entender la
forma de ser de la forma con base en donde esté.
Entonces, se puede entender que hay un fuerte combate que crea Kahn para
defender la naturaleza contra la industrialización que viene consumiéndola como
producto material. Kahn reorienta esa mirada desde la conciencia y desde
entender a la naturaleza como elemento contemplativo y arquitectónico. Ser
moderno no necesariamente significa hacerle una “apología” a la máquina, en
cambio es seguir aquél orden puro, simple y perfecto, totalizándolo
parcialmente en nuestras vidas, este orden es sencillamente para Kahn esa
naturaleza acogedora y apreciable que desde antes de que el hombre tuviera
razón ya estaba ahí.
La
casa Fisher encuentra su perfección (en cuanto a entender el lugar) cuándo se
pierde en el ambiente, pasa desapercibida, es decir, se apropia de la
alienación que poseen los entes alienados del lugar, desde las casas vecinas y
los árboles aislados que forman un conjunto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario